Indicadores sobre aoraciones que debe saber

En conclusión, rezar los 7 Dolores de la Inexplorado María es una praxis piadosa que nos acerca a su sufrimiento cariñoso y nos invita a reflexionar sobre el aprecio y la entrega de Jesús en la cruz. A través de esta oración, somos llamados a unirnos a la Origen de Altísimo en su dolor y a implorar su intercesión por nuestras evacuación espirituales y materiales. Encima, rezar los 7 Dolores de la Virginal María nos ayuda a rememorar que, incluso en medio del sufrimiento, podemos encontrar consuelo y esperanza en la Humor y el apego de Altísimo.

Raíz del consuelo, que experimentaste un dolor tan fuerte al encontrar a tu querido Hijo con la Cruz a cuestas en la calle de la Amargura, ayúdame a cambiar mi corazón para no aumentar más el peso de Su Cruz con nuevas ofensas y pecados, causa de su muerte y de tu tristeza. Que pueda ser para Jesús otro Cirineo.

«Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi divino Hijo o a la salvación de sus almas.»

En Lourdes se ha aparecido llorando, apenada y dolorosa, exhortando a la penitencia para evitar las tragedias y castigos a la humanidad. Y en Siracusa, al final de la segunda cruzada mundial, quiso actuar el singular prodigio de que una sencilla imagen llorara lágrimas reales que se pudieron observar y ver, y lo que es mas prodigioso, recolectar y analizar, comprobándose que positivamente se trataba de lágrimas de la misma composición que las lágrimas humanas.

Considera los suspiros que provienen del triste corazón de María al ver a su amado Jesús que lo colocaban dentro de la tumba. Qué pena tremenda sufrió ella cuando vio que se levantaba la piedra que cubriría esa tumba sagrada.

Escasamente el sentenciador Pilatos para satisfacer la ira y furor de los judíos, sedientos de la muerte del Justo, hubo pronunciado la sentencia de muerte contra el Autor soberano de la vida, cuando estos aprestaron la cruz en que había de ser clavado, cargáronla sobre sus delicadas espaldas, y atada al cuello una gruesa soga, le arrastraron por las calles de Jerusalén camino del Calvario, en medio de un diluvio de injurias, insultos, blasfemias y escarnios.

Doncella María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste Cuadro el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te advertiríGanador expirar de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor.

Alcanzadme, Raíz mía, las luces de la divina gracia, para que acierte a escapar con paso firme y resuelto de las persecuciones y asechanzas de mis vicios y pasiones, que son mis mortales enemigos, hasta verme a excepción de y seguro en el inexpugnable perímetro de la calidad devocion admirable de los 7 dolores de maria santisima de Jehová durante mi fatigoso y arriesgado tránsito por el desierto de este mundo, a fin de poder resistir felizmente al término de mi día, y alcanzar la dicha de verme reunido con mi redentor Jesús, y con Vos, aficionado Origen mía.

El pedido de María es muy claro: quiere que meditemos en sus dolores. Por eso al rezar cada Avemaría es muy importante que, cerrando nuestros ojos y poniéndose a su lado, tratemos de existir con nuestro corazón lo que experimentó su Corazón de Raíz tierna y pura en cada individuo de esos momentos tan dolorosos de su vida.

Las lágrimas de la Casto pertenecen al orden de los signos: testimonian la presencia de la Raíz en la Iglesia y en el mundo. Una madre llora cuando ve a sus hijos amenazados por algún mal, espiritual o físico.

Considera, alma piadosa, la dolorosa impresión que causaría en el tierno corazón de María al llegar a sus oídos el terrible edicto infanticida fulminado por el sanguinario cruel Herodes para terminar con la vida de su recién nacido hijo Jesús, de cuya aparición sobre la tierra recelaba el tirano su destronamiento y ruina, y la grande inquietud que había de angustiar el alma de la santísima Virginal en el peligroso tránsito por el desierto, camino designado por la divina Providencia para refugio y asilo del perseguido infante Jesús.

Es por eso, que debemos rezar esta Coronilla de los 7 dolores de la Virginal con mucho simpatía y fervor, y no separarnos nunca de su inclinación maternal.

No tienen lado los comentarios que, no viniendo al caso, intentan una y otra tiempo forzar un debate o una toma de postura por el autor no planteada o luego cerrada.

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